No estoy seguro de llamarlos amigos en realidad, ya que su mera existencia es contrapuesta a lo que cada una cree de si mismos en tu mente:
Si el emprendedor da una idea, el directivo entrará en acción y encontrará los puntos débiles de la misma, pensando en las implicaciones laborales que tiene y cómo la poca estructura de dicho pensamiento, idea innovadora o visión puede llegar a perjudicar al negocio y llevarlo directamente al desfiladero. Mientras, el técnico verá a estos dos locos y podrá manos a la obra; hará lo que sabe hacer mejor: Echar a andar las cosas.
Pero, ¿qué hay de malo en esto? Si es la forma en que funcionaba en mi empresa, la forma en que lo he visto en muchas otras empresas: familiares, con amigos, de dueños únicos. ¿Y se ve que les va bien, no?
¡ERROR! Recuerda que no porque lo has vivido así toda tu vida, es la manera correcta de hacer las cosas. Incluso me atrevo a decir que en mi propia experiencia, ver que "es así como se han hecho las cosas" es lo que me impulsa a darte a ti, amigo que toma de su valioso tiempo para leerme, la confirmación definitiva: No porque así lo hacen los demás es como debe hacerse. Detente ahora, reflexiona, cambia y te aseguro que podrás salir del hoyo.
¿Cómo actúa un técnico?
La personalidad técnica en tu negocio es aquella que sabe como hacer las cosas, el que desatora las ideas y hace que fluya el efectivo por la caja al tener un producto terminado (tangible o intangible), listo para consumo.
Hará lo que sabe hacer mejor: Trabajar para llegar a un objetivo. La meta trazada y auto impuesta. Es aquí donde entra el problema: No hay a quien darle resultados.
¿Alguna vez te has sentido sin rumbo en tu empleo? ¿Te has despertado y hecho lo mismo una y otra vez? Exactamente las mismas actividades: Despertarte - Trabajar - Resolver problemas - Dar resultados - Dormir - Volver a empezar.
Si lo has sentido, ¿qué es lo primero que haces? Si yo respondiera esta pregunta, diría que lo primero es preguntarme ¿por qué lo hago? y al no encontrar la razón de mi actuar laboral, iré con quien puede otorgármela: Mi superior inmediato; si no sabe, iré con quien sigue y así hasta encontrar la respuesta.
En el camino habré de mostrar mis actividades, lo que hago constantemente y qué aporto a la empresa. El como es que mi conocimiento se relaciona a lo que la descripción de puesto pide de mi.
Y es aquí donde, si eres recientemente dueño de una empresa, te quedarás atorado, ya que ahora esa persona quien te dará orientación, a quien pedirás aprobación de tu desempeño laboral, eres tú mismo. Felicidades, por fin lograste ser juez y verdugo de tu propio actuar.
Después entra en juego el directivo. ¿Cómo actúa el directivo?
Tu personalidad directiva es la que da estructura a tu actuar, le dice por donde empezar, como generar una secuencia lógica a las actividades para mostrar un buen y estructurado resultado.
Se desarrollará mejor en el control sistémico de la empresa. Pensar en orden y estructura ante una problemática es lo que sabe hacer mejor. Dar soluciones pragmáticas a problemas, su especialidad.
Esta parte de ti es la que verá el problema y tratará de atacarlo por el lado lógico. Buscará la causa raíz y tratará de dar una solución aplicable para cualquier otro problema de la misma índole. Un uso desmedido de esta personalidad puede aniquilar tu impulso innovador -nunca lo olvido, ni te permitiré hacerlo-. ¿Pero qué harías sin un poco de orden, cierto? (Sigues escuchando al jefe que quisiste dejar atrás...)
Por último el emprendedor. La parte de ti que viene a salvar al técnico de la rutina, y darle al directivo algo en que entretenerse. Enderezar el camino de la empresa y llevarlo a donde quieres verla, sacarla de donde está.
¿En qué sobresale el emprendedor?
Será la voz de la esperanza. Aquella que te de el ánimo de seguir adelante. Dibujará un horizonte en tu mente y te ayudará a seguir. Después de todo, quieres cambiar el mundo, mejorar tu vida y dar a tus clientes aquello que solo tú sabes darles: un porque.
Si bien el impulso emprendedor lo empezó todo, es el que a menudo dejamos de lado. Le pedimos opinión solo cuando hemos pedido el rumbo. Lo mantenemos congelado mientras la crisis está bajo control, pero una vez revienta, le hablamos para que nos de aliento y nos diga: Recuerda que lo haces por.... -Inserte lista de razones por las cuales me medio mato en el intento-. Muy mal hecho.
La idea de conocer y reconocer a estas personalidades en nostros es darles la valía que merecen y el lugar al que fueron asignados desde el principio, ni más ni menos.
Entendamos que estas tres personalidades son importantes para el desarrollo de todo el negocio:
El emprendedor es el capitán del barco. Lleva el rumbo y sabe interpretar la brújula.
El directivo será tu primer oficial. Quien interpretará la directriz del capitán y sabrá anticipar bajo las experiencias pasadas, cualquier desazón en el trayecto.
Mientras que el técnico hará que el barco continue a flote. Hará de la tripulación una máquina bien calibrada para que las órdenes del capitán se sigan como las interpreta el primer oficial y llegar al destino que el capitán nos trace.
Para recapitular lo que hemos visto hasta ahora y en palabras de Michael Gerber:
El emprendedor vive en el futuro, nunca en el pasado y pocas veces en el presente.
El directivo vivirá siempre en el presente... Ahí donde el emprendedor ve oportunidades, el directivo verá invariablemente problemas.
El técnico vive en el presente... No se interesa por ideas, más bien lo hace por el "¿cómo hacerlo?"
Espero esto te ayude a identificar en ti aquellas personalidades que actúan diariamente en las decisiones que tomas en tu negocio. Pronto veremos como nivelarlas y hacer que trabajen en equipo y no para destruirse unas a otras en tu mente.
Gracias por leerme, recuerda leerme cada Martes y Jueves.
Si quieres colaborar solo debes mandar tus datos y la idea que quieres que desarrollemos.
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